La donación de óvulos ocurre cuando una mujer cede su óvulo para que sea fecundado y trasplantado al útero de otra mujer. Es una opción para ayudar a las mujeres que por diversos motivos no producen más óvulos o los producidos son de mala calidad.
La donación de óvulos crece en España
En España la donación de óvulos está regulada por la Ley 14/2006 y garantiza la protección de los donantes de forma voluntaria, altruista y anónima. La única recompensa es la satisfacción personal, el donador se sentirá útil al dar apoyo a las parejas necesitadas.
A los 20 años la tasa de infertilidad en las mujeres es de un 6% y de los 40 a los 44 años ese número se incrementa a un 60%. Con el paso de los años no sólo la cantidad cambia, sino también la calidad ovular.
La única manera efectiva de facilitarle a una mujer con problemas en las células reproductoras la oportunidad de vivir una maternidad con una buena probabilidad de éxito, es a través de la solidaridad de otra joven dispuesta a darle algunos de sus óvulos.
Cómo funciona la donación de óvulos
El procedimiento de ovodonación ocurre cuando un óvulo de una donante es fecundado para que otra mujer o pareja homoafectiva se conviertan en madre y padre.
La mujer que hace la donación de óvulos está ayudando a hacer realidad el sueño de una pareja de construir una familia. Si tú tienes pensado hacer la donación de óvulos para ayudar a esas mujeres y familias, ¡felicidades!
Respecto a la donante
Son pocas las condiciones iniciales para quien desea hacer la donación de óvulos. Todo funciona a través de un proceso que al principio exige la voluntad espontánea de donar. Sin embargo la persona interesada en donar debe seguir estos consejos:
Sólo pueden ser donantes mujeres hasta los 35 años
Que tengan preferentemente buena reserva de óvulos. Entre más jóvenes sean, sus óvulos son más nuevos y presentan menores posibilidades de tener problemas en la estructura genética causados por una mala división celular.
Estar sana
No tener ninguna de las enfermedades de transmisión sexual (ETS), ni enfermedades genéticas, hereditarias o graves.
Es por esto que la donante debe someterse a varias evaluaciones médicas, psicológicas, análisis de sangre y estudios de cariotipos para verificar su salud antes de iniciar el proceso de donación.
Aprobadas todas las etapas de evaluaciones médicas, la mujer puede comenzar el tratamiento para la donación de sus células reproductoras. Los medicamentos pueden ser suministrados por vía oral o por medio de inyecciones subcutáneas, que actúan directamente en los folículos del ovario, donde crecen los óvulos.
En general, esta rutina dura unos diez días.
Es importante que la donante sea consciente del hecho de que una vez que los óvulos han sido fertilizados y convertidos en embriones, ya no tiene ningún derecho sobre su material genético, es por esto la importancia de su salud emocional.
Antes de comenzar la retirada de los ovocitos, se aplicará anestesia a la donante. La cirugía funciona como una extracción y por lo tanto se aplicará con una aguja especial, que hará la succión de los óvulos por vía vaginal. Unas dos horas más tarde la donante podrá irse a su casa.
Fertilización in vitro
Después de recibir las células donadas, la mujer receptora pasa por la fertilización in vitro. El tratamiento es el responsable de dar origen al embrión que va a concebir el embarazo.
El primer paso es el análisis de los óvulos cosechados, si se consideran sanos, se realizará el proceso de fertilización junto con los espermatozoides en el laboratorio. Los embriones pasan por un proceso de maduración de tres a cinco días, para luego ser insertados en el útero de la receptora.
Para que el proceso tenga mayor probabilidad de éxito, se suelen insertar hasta tres embriones. Esto no significa que todos los embriones serán desarrollados pero sí aumenta la posibilidad de concepción.
Tanto para la donante como para la receptora es necesario llevar una vida sana. Evitar fumar o beber, alimentarse de forma balanceada, ingerir mucho líquido y dormir suficiente son todas medidas esenciales.
Para evitar complicaciones como el dolor, las pacientes deben evitar actividades físicas, principalmente las de alto impacto.
Se estipula un contrato entre la donante y el centro autorizado sin fines de lucro. Puede existir una compensación monetaria, solamente para compensar el malestar estrictamente físico y los gastos de viaje que puedan surgir.
Los receptores y el niño tienen derecho a obtener información general sobre el donante, pero no a conocer su identidad, que solo se puede revelar en circunstancias excepcionales que impliquen un cierto peligro para la vida o la salud del niño asociado con un factor genético.
Los receptores no pueden elegir al donante bajo ninguna circunstancia, pero el centro de reproducción asistida debe tener cuidado de asegurar la máxima similitud fenotípica e inmunológica posible entre el donante y el receptor.